
30 de Junio del 2007, 12:30 de la mañana. Ciudad Deportiva de Valdebebas, Cuartel General del Estado Mayor del Real Madrid Club de Fútbol. Un apesadumbrado José Miguel "Míchel" González, entrenador del Castilla, comparece en rueda de prensa. "El equipo se va por el retrete. Desafortunadamente, la temporada ha sido una mierda (nunca mejor dicho), y preferimos dejar paso a otra gente y otros proyectos Yo y mi equipo presentamos la dimisión inapelable." Los plumillas no caben en su asombro. Pero hay más, mucho más. Sigue Míchel: "Tengo varias ofertas importantes, como del Toluca de Méjico, pero quiero anunciar que vaya al equipo que vaya, me acompañará el capitán de la primera plantilla, Raúl González. Esta mañana estuvo reunido con los gestores del club firmándolo todo y ha renunciado a 3.000 kilos limpios de polvo y paja. Él mismo os lo va a confirmar". En ese momento se abren los cortinajes y aparece un mendigo de aspecto muy desaliñado. Están a punto de llamar al personal de seguridad, pero es una falsa alarma: se trata del capitán, Raúl. Aún cuesta acostumbrarse a esas pintas. Tras el oportuno cacheo, "el mito" es liberado, y una vez recobrada la compostura se sienta al lado de Míchel, tomando la palabra. "Sí, bueno, ¿no? La verdad es que mi rendimiento ha bajado ligeramente en los últimos años, principalmente por no haber jugaddo en posición. Me gustaría volver a sentirme importante, y por eso renuncio a mi contrato, ¡todo por el Madrid! Necesito un reto nuevo, y creo que Míchel sería el socio perfecto para esta aventura. Una de las ofertas importantes ha sido la del Paleti de Madrid. Es muy probable que la aceptemos, pronto os contaremos más". Ambos jugadores se despiden y se retiran por el fondo de la sala, ante la mirada atónita de los periodistas.
Je, je, je, demasiado bonito para ser verdad, ¿no? Mucho me temo que el señor Del Campo va a seguir por un largo tiempo tocándonos las partes.
- A cuento de las equipaciones: yo entiendo que las marcas se dejen mucho dinero en asegurarse a los equipos que lucirán sus respetivas prendas, pero hablamos de multinacionales de gran presupuesto. ¿No puede permitirse Adidas un diseñador para cada puta camiseta, o uno solo que diseñe varias distintas? ¿Por qué los clubes no dicen nada y aceptan ser clones los unos de los otros? Es ridículo. Al señor José A. Sánchez habría que decirle que, a la hora de negociar, recuerde que la función de la camiseta no es únicamente venderse a sí misma muchas veces. Desde luego, todos los diseños que he visto hasta ahora me han parecido una porquería.

- Por fin el nacionalismo y el nacional-culerismo han dado el fruto buscado durante tantos años, el hombre del mañana: este individuo extraordinario tiene un nombre y se llama Marc Sabatés. Este seguidor culé puede considerarse un compendio estético, intelectual y moral de las características más destacadas del barcelonismo. Cuando necesitéis imaginaros a Juanito Troll, no hace falta que os esforcéis más, ahí le teneís (bueno, si no es él, es su amante, o el uno o el otro). Culeculé sería el vecino listillo de éste, igual de sectario y maximalista, pero creyéndose superior a Marc por hablar más pausadamente, llevar ropa más cara y votar a CiU en lugar de Erc. Menudo elemento. Por lo menos el Marc es un tío auténtico.
- Cassano se recupera anímicamente.
- Olvidemos a Kaká, hay que ir a por este crack. Además, es un demócrata de toda la vida, como Chávez y ZP.