Antimadridismo madridista: el socialista, el tonto y el rencoroso

Por Socialista Honrado

Es cierto que ya nadie duda que el antimadridismo se haya convertido en una extensión de la doctrina antiespañola. Humillar y torpedear a la institución más gloriosa y brillante que España haya dado al mundo se ha convertido, para etarras, culés y demás escoria progresista, en una moda desde hace ya muchos años. Ya a nadie sorprende que desde numerosísimos medios se ataque, sin el más mínimo respeto a la verdad, al club más grande de todo el siglo XX. El antimadridismo se ha convertido en algo cool y trendy. Como el antiespañolismo.

Como ya he dicho antes, toda esa basura no asombra ya a nadie, pero sí que impresiona cuando son supuestos madridistas quienes tratan con desprecio y desafecto al Real Madrid. Ejemplos de esto los hemos tenido recientemente con dos ex-jugadores del Real Madrid y con otro que viste la zamarra blanca en la actualidad. Yo, personalmente, me kago en su boca abierta. No merecen más.



Valdano. Jornada previa a la consecución del título de liga por Capello, entrevista en periódico de tirada nacional: “yo me siento intelectualmente del Barcas”. El mismo día en que apareció la entrevista, Capello volvió a demostrar que en el mundo del fútbol los banquillos son ocupados por dos clases de personas: entrenadores y soplapollas. Valdano, conocido en sus tiempos de jugador por ser un delantero aguerrido y trotón, intenta expiar sus limitaciones técnicas convirtiéndose en el entrenador abanderado de las esencias del fútbol preciosista. Un maremágnum de palabras desubicadas y rimbombantes intenta convertir un deporte de contacto en una poesía recitada por eunucos. Paralelamente a esto, trata de engranar sus convicciones de extrema izquierda con sus babas de fútbol sutil, convirtiéndose en un progre exquisito que disfruta de coches de más de 100.000 Euros y trajes a medida de ni se sabe cuánto. El siguiente paso no puede ser otro que convertirse en aficionado del Barcas, club de pasado franquista que actualmente ejerce de mascarón de proa del ultranazionalismo más rancio y excluyente, convertido por la prensa ultraizquierdista en sello de progre. El Madrid, a punto de convertirse en campeón, no le importó absolutamente nada. Sólo se importó a sí mismo. La derrota blanca le hubiera hecho esbozar una sonrisa. No pudo ser. ¡¡¡Jódete, cerdo!!!



Casillas. Niño mimado por el club, estancado desde hace años en un nivel que presenta todavía muchas lagunas, ensalzado por los medios por jugar de una manera que sólo algunos periodistas ven, presentó hace unos días sus credenciales a antimadridista de nuevo cuño: "Yo también soy del Atlético de Madrid. Soy de Madrid, ¿Cómo no voy a ser del Atlético? Lo que pasa es que juego en el Real Madrid y compito contra ellos". La afirmación, como puede apreciarse, linda en el retraso mental severo. Probablemente lo dijera para que sus colegas del barrio le dejaran participar en sus botellones. O probablemente lo dijera porque es directamente tonto, y se subiera al carro del antimadridismo para hacer ver que él también es muy guay. Aunque para decir eso y estar jugando en el Madrid hay que ser muy tonto. Tonto de kojones. ¡¡¡Tonto!!!



Morientes. Otro jugador que, al igual que Raúl, se creyó que el club era suyo. No entendió que en el mejor club del mundo debían jugar los mejores juadores del mundo. Él no lo era. A pesar de que el capitán del equipo era su mayor amigüito e hizo toda la presión posible para que se quedara en el equipo, tuvo que marcharse –adiós, capullo!!!-. Incapaz de reconocer que no tenía sitio en el equipo, vio incrementar su mala baba a medida que el mayor club de España -¡viva España!- engordaba su fama y sus títulos y él se disolvía en el amago de crack que siempre pareció ser. Y lo ha vuelto a demostrar en el As, según el cual el Moro "tuvo una salida impropia de un jugador de su talla por desavenencias con Florentino Pérez y Valdano". "Ya saben lo que pienso de ellos. Me fui al Mónaco y ahí viví el mejor año de mi carrera en todos los sentidos. Es una destino ideal y tuve un gran entrenador como Deschamps. Cuando eliminamos al Madrid, marqué el 4-2 en el Bernabéu y les dije a mis compañeros que ése era el gol con el que les íbamos a eliminar. Me miraron como si estuviera loco, pero en la vuelta, cuando se cumplió, vinieron todos a felicitarme". Por último, Morientes nos desvela el motivo por el cual se hizo del Barça: "Realmente de pequeño era del Real Madrid, como mi hermano, pero fuimos a comprarnos una camiseta y en la tienda sólo quedaba una del Madrid y otra del Barça. Como mi hermano era mayor, se quedó la del Madrid, así que no tuve más remedio que quedarme la del Barcas, me la puse y empecé a ser aficionado". Alegrarse con las derrotas del Madrid y ensalzar a uno de los equipos rivales del mismo evidencian claramente el madridismo del Moro. Morientes, ¡selección! Jajajajaja. ¡A mamarla!

Ante toda esta basura hay que ser firmes. ¡Hala Madrid! ¡Viva España!

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