Return of the mutant piperos

El partido no estuvo del todo mal. La pelota circuló con un cierto aseo (en la primera parte, al menos), y el equipo no era muy rechazable estéticamente, excepción hecha de Raúl y Salgado. Ah, Salgado, esa zancada... La forma de caminar y correr es algo particular y único de todas las personas, y puedes saber perfectamente quién es un jugador aunque no le veas la cara, sólo con observarle avanzar por el campo. Salgado es particularmente inconfundible: Va dando como pataditas hacia delante, haciendo daño al césped. Defendí mucho a este jugador en el pasado, pero ya me he cansado de él, y más desde que es rubia dorada. Está ya amortizadísimo, y es hora de subir el listón un poco en ese puesto. (En lo de estar amortizado le pasa como a Ronaldo.)

El de las greñas pegajosas por el sudor falló todo lo que quiso. Parece que efectivamente va a conseguir echarse del equipo a pulso, por más oportunidades que le den. Desde luego no se le puede negar la constancia (aunque sea en el error). Cassano lució mucho más que en el anterior partido; no se caía, ni perdía la pelota ni cosas de esas. Fue un buen enlace con la delantera, y puede empezar a convencernos de su valía como titular (aunque ay, Julio...). Esperamos poder llamarle dentro de poco "il fantasista".

Diarrá, más allá de lo que hiciera en el campo (estuvo muy cumplidor), es un crack: Eso de decir que si no venía al Madrid se retiraba... Claro que sí, puestos a decir mentiras, cuanto más gordas y exageradas mejor. Yo habría dicho que mi padre llevaba una camiseta del Madrid cuando se folló a mi madre para concebirme; hala. Con todo, el mejor del partido sin duda fue Van Nistelrooy, que exhibió esa cualidad tan fundamental en un nueve de rematar de cualquier forma. El primer gol lo marcó medio trompicado (pero con calidad), y el segundo con el muslo. Grande Van.

La segunda parte fue una decepción, por lo que se esperaba de los que salieron al campo. Una oportunidad perdida de reivindicarse. Sobre Robinho, quizá un día nos cansemos de esperar a que termine de explotar. ¿No nos habrá salido rana? Por ejemplo, yo veo que este chaval tiene una elección de jugada mucho peor que la de Messi: No parece capaz de distinguir el momento adecuado en el que debe actuar para generar peligro.

Bueno, como decía la segunda parte fue floja pero soportable. Al fin y al cabo, empezaba a notarse nuestra nueva solidez capelliana e íbamos ganando. Pero entonces... volvieron ellos. Sí, nuestra mayor rémora, la horda maldita, el tumor que carcome la grada: LOS PIPEROS. Primero fueron un par de silbidos, luego unos pocos más... y unos instantes después ya se oía la música de viento por todo el estadio. Estos hijos de puta, que habían aplaudido alborozados cuando se marcaron los dos goles, en cuanto vieron que los muchachos no satisfacían sus ansias de panem y circensis -pese a su mejor voluntad-, empezaron a envenenar el ambiente del recinto con sus putos silbidos. ¿Qué cojones les pasaba, es que se les habían acabado las pipas? Joder, es que era el PUTO TROFEO BERNABÉU, ni siquiera ha empezado la Liga. ¡Y estábamos ganando y jugando aceptablemente!

Con el tiempo me convenzo más de algo: No tenemos aficionados, tenemos zombis. Están programados. A principio del partido miran el juego con los ojos entrecerrados mientras rumian sus sempiternas Facundo; parecen tranquilos en esos momento. Pero cuando pasa un tiempo X sin que un jugador haga alguna pijada de cara a la galería (tipo "roulette") o sin que se marque un gol, les salta el resorte: Hay que pitar, hay que joder, hay que desmoralizar a los futbolistas. Eso cuando no se les cruza algún futbolista, por motivos casi siempre puramente esotéricos; ah, esa "sabiduría" del público de Chamartín...

No, no es sano que en este club tenga que ser el equipo el que anima al público, en vez de ocurrir al revés. Piensan, los zombis estos, que haber pagado su puto abono (en muchos casos heredado, o renovado durante lustros por pura inercia) les da derecho a traspasar toda su mala baba, su idiocia proverbial, al campo de juego. ¡¡Basta, basta ya!! Hay que establecer una agresiva política de expulsiones del club. El que pite, a la puta calle. A la mierda la libertad de expresión, es mucho más importante acabar con este cáncer.

Poco a poco se va haciendo la revolución del campo. Algún día habrá que acometer la revolución de la grada. ¡¡Muerte a los zombiiiiis!!

- Real Madrid: 2 (V. Nistelrooy)
- Anderlecht: 1 (Uno que pasaba por ahí)