La derrota no es una opción

Vuelve la Liga (¡¡sí, un año más!!), confirmando la naturaleza cíclica del tiempo. Si se siente culpable por perder tantas horas en algo tan frívolo, ¡no se preocupe, hombre, que es muy divertido! Diversos estudios han demostrado que el hombre no sabe qué hacer la tarde de los Domingos, y aunque el fútbol desapareciera se volvería a inventar. Disfrute a gusto.

El rival, como ya saben, es el Paleti, más palético y patético que nunca. Es el único club que nos hace tener la sensación de haber fichado barato este año. En sus filas forma José Antonio "Caló" Reyes, primero bético y luego atlético de toda la vida. Pero aunque lo parezca no lo digo irónicamente, creo que Reyes nació para jugar en el Paleti: encajan perfectamente en el plano ético y estético; igual que mierda y culo, que dijo aquel. Ha perdido tiempo el calorro para decir que le gustaría meter dos goles al equipo que le daba de comer hasta anteayer. Yo le deseo otros tantos pelotazos en los huevos; después de todo tampoco le va a afectar mucho, habida cuenta de su fama de "precoz" (y no me refiero a que aprendió a jugar pronto). Claro que igual pierde el AVE que coge a diario para dormir con su mamá e igual hasta ni aparece.

Ver al Paleti crecido da mucho asco. Lo hacen casi todos los años, y todos se estrellan, pero esta vez que se han gastado cuatro duros más provenientes de su pelotazo, no hay quien les aguante (¡eeeh, que hemos pagado 25 kilos por la medianía de Simao, cuidao!). Es por ello que vería con placer cómo les propinamos una goleada de 6 o 7 tantos. Sí, soy consciente de que una derrota podría propiciar el último empujón por Alves, pero a mí al menos no me compensa. Prefiero perder cualquier otro partido que contra los muertosdambre.

Deportivamente, sinceramente no espero nada. Parece que va a jugar el mito, así que... me conformo con ganar 1-0 en el minuto 98 con autogol de Reyes con el cipote, y luego que vengan las derrotas que hayan de venir. En fin, veremos qué pasa. Ah, no querría concluir la entrada sin proferir el ancestral: ¡¡Puta atleti, oé!!