Royston Drenthe, ¡¡madridista!!

¿Quién es hoy realmente fiel a un equipo? ¿Por qué te haces de un equipo? Quién lo sabe. Yo me hice del Madrid porque mi padre me dijo un día que él era. Otro día, tiempo después, estaba viendo la tele en blanco y negro -creo que jugaba Stielike-, el Madrid marcó y grité "¡gooooool!" Eran los indicios del condicionamiento emocional. Pero puedo decir que no me interesó el fútbol de verdad hasta los 20 años, un caso atípico. ¿Quería sentirme más parte del pueblo? Vete a saber. En fin, diez años después abro una bitácora de fútbol. Cualquiera se vuelve atrás ahora.

¿Y los jugadores? Uno pensaría que los canteranos son a muerte de su equipo, pero viendo la alegría con que se marchan a otros lados... De los últimos años, así madridistas podría citar a Guchi, Míchel, Sanchís... Raúl es de sí mismo. Hierro y Casillas flirtearon con otro equipos. Los brasileños, de Brasil, ya se sabe, aunque Rivaldo creo que era bastante culé, y Baptista me consta que es madridista, ¡qué mal tratamos a este chico! ¿Pero por qué se ha de hacer un futbolista de fuera de tal o cual equipo? ¿Siguen sus trayectorias, les apasionan las leyendas de los clubes? Cada vez hay menos casos de este tipo, en los que un futbolista se siente fascinado por un equipo y quiere ir ahí y sólo ahí. Ocurrió con Diarrá, y yo creo que ha pasado con el Royston Drenthe éste, que ha roto su silencio, sus cadenas de Kunta Kinte, y ha gritado con furia "¡¡soy del Madrid!!" El chaval está dispuesto a denunciar a su club de esclavistas holandeses por venirse aquí, y yo es todo lo que le pido a un jugador. Será leyenda. ¿Se acuerdan de aquello que decía Camacho de que los jugadores tenían que entrar en el Madrid tirando la puerta? Pues éste se va a meter en plan ley Corcuera. Qué grande, amigos.



- Pasamos de una futura estrella a uno más quemao que el cenicero de un bingo. Amanda me envía su particular visión de "Patapalo" Salgado, alias Malulo (y un par de fotos más, aquí y aquí). ¿Podemos acaso aceptar una banda así todo el año? ¡Jamás! ¡Y a ratos sueltos tampoco!