Madrí-Barsa

Sí, ya sé que es Barça-Madrid, pero suena peor. También sé que la gente anda esparcida por los cuatro rincones de la patria (¿o eran cinco?), entregados a las entrañables fiestas, y no se dedican a leer bitácoras de fútbol (actividad que evidentemente se realiza en las teóricas horas de trabajo o de estudio). Sin embargo aquí estoy, escribiendo y levantando al país.

El partido mola, porque es muy emocionante y eso, pero el de Barcelona es realmente un viaje que no tendríamos por qué hacer. Allí nos ha pasado de todo, y lo peor es que a mucha gente le parece normal. Veremos qué ocurre mañana cuando nos apedreen el autobús por enésima vez. ¿Si ponen antidisturbios para protegerlo es fascismo? Luego está el tema del lanzamiento de objetos: la botella de whisky que bebe un padre de familia culé, el mechero del padre culé, la propia cabeza del culé... ¡¡basta!! Y cómo no, las pancartas independentistas tamaño familiar que se exhiben regularmente en cada uno de estos derbis. Además, personas que han visitado en varias ocasiones el Nou Camp (¿This Camp?) aseguran que el recinto huele a mierda.

Y digo bien, derbis. De los términos que usan los argentinos en el fútbol, "pechofrío" es de los que me gustan; "clásico" es de los que no. Aquí toda la vida de Dios se ha dicho "derbi", y no tengo intención de cambiar porque a uno del Plus se le encendiera la lucecita un día mientras se tomaba el café. (Luego ese tío seguro que es de los que dicen "golaberaje".)

Centrándonos en lo puramente furbolístico, creo que el Real Madrid llega con una ventaja psicológica importante. Sin haber hecho nada del otro jueves, el equipo va primero en la Liga sin que nadie haya logrado inquietarle. Mientras tanto, el Barsa navega entre las dudas, con sus cuatro fantásticos diluidos cual pedo de vieja: Henry, lesionado crónico, Ronaldinho -que en verano valía 60 millones y ahora algo más de la mitad- en un estado físico y mental sonrojante, Etoonto recién salido de una lesión y con unos pelos bastante ridículos; y Messi, que era el sostén que mantenía la ilusión de gran equipo, viendo el partido desde casa. Todo esto no quiere decir que no puedan ganar: el equipo es bueno y capaz de hacer buen fútbol, pero su rival simplemente llega con las cosas más claras.



Efectivamente, Chúster ha dado con el tesoro de todo entrenador: una alineación fija. Alineación que, sorpréndanse, tiene doble cipote negro. Guchi se la lesionado, quedando fuera de la ecuación y dando tranquilidad a los que estamos más que hartos de la "cuestión Guti". No intentéis convencer a sus partidarios, es una causa perdida: el tío cumplirá 38 años, llevará una novela de Dan Brown en el dorsal y tatuajes hasta en el escroto y aún habrá quien diga que lo tiene todo para ser la pieza clave del Madrid. Buah. No Guti is Dabuti!! Así pues, jugarán los mismos diez de la semana pasada, más la bienvenida adición de Heinze para asegurar la banda izquierda. Robben "36 kilos" en el banquillo y Kaká en Milán, porque no interesa.

Por cierto, resulta que Schuster no se hizo socio del Barça cuando era jugador, ¡sino en el 2004! Anda que cuida la diplomacia el Astérix, ¿no pensó que eso podría molestarle a algún otro equipo? Pues ahí está el tío, con un par. Si el Madrid gana la Champions con él en el banquillo, realmente significará que el club tiene algo muy especial. Para terminar, si queréis conocer el punto de vista del rival, dos bitácoras culeras: "Lluvia blaugrana", cuyo administrador se ha comprometido a regalarnos un bonito vídeo, y una bastante interesante, "Un culé en la corte del rey merengue". Esta última tiene una divertida sección llamada "el Gutímetro", en la cual se puede apostar por cuándo Guti verá su próxima tarjeta roja. Nada más que añadir, sólo que mybet.com regala 20 euros para apostar en este encuentro, que el 0:2 se cotiza a 12 euros y el 2-2 a 15. Mi pronóstico para el partido: Un 0-6. Chicos bien, moral alta, rival difícil. ¡¡A por ellos!!

Actualización: Ya tenemos aquí un primer vídeo que nos dedica Csai, de Lluvia blaugrana, aunque luego nos hará otro más guay. ¡Menuda frikada, ja ja!