Cara y cruz

El partido que hemos presenciado hace un rato -cortesía de la cadena de Paul Anko- nos ha dejado unas conclusiones muy claras, a entender de este fino analista (o analisto). Por un lado, la primera parte: Atascada, lenta, sin circulación... un Madrid, en definitiva, con necesidad de un laxante, y con una alieneación sosa: Salgado, Raulín, Pablo García... ¡puagh! Apenas un par de detalles de Cassano y Raúl. Era este once un sueño espartano del peor Capello, que ni entretuvo a nadie ni funcionó. En la segunda parte, no obstante, cambiaron las tornas: Un Madrid más alegre y creativo, más fresco, de anuncio de compresa: Robinho, Baptista, Javi García... ¡Ey, esto ya es otra cosa!

Hoy en día, lo que más se debe conservar en el fútbol son los jugadores que generan expectación cuando la tocan. Es una cualidad, por lo general, inversamente proporcional a su calidad y al tiempo que llevan en su equipo. ¿Alguien dice "a ver qué hace" cuando la coge Raúl? ¡¡No!! Pero cuando la agarra Robinho, hasta los piperos dejan de rumiar por unos instantes. Hoy el menudo brasileño ha ejercido de sí mismo, con regates esplendorosos y un gol espectacular. Lo mismo se puede decir de Baptista, que además de aportar presencia tiene siempre la portería entre ceja y ceja. Buena impresión también del chaval García.

Capello debe dejarse llevar por la tentación, como si se fuera a comer un Magnum, y apostar por el grupo de la segunda parte. Es un equipo sólido pero con su cuota de fantasistas, un equipo para mearse a cualquier rival de la Champions. Si les da una oportunidad, estoy convencido de que el padre Fabio no se arrepentirá. ¡Queremos un poco de emoción!

Real Salt Lake: 0
Real Madrid: 2 (V. Nistelrooy (pen.) y Robinho.