Oh, no

Vale, lo reconozco, he pecado: He echado un vistazo a la prensa deportiva, y gracias a ello me he enterado de una nueva guerrita mediática: As se ajunta con Chúster, Marca se ajunta con Mouriño. Chincha, rabia, que el mío mola más. Un medio algo más serio (supongo), la versión digital de El Mundo, refleja esta supuesta dicotomía: En el club andan debatiendo sobre a cuál de los dos traer, y el artículo saca a colación un precontratito con Chúster: precontratito porque es sólo por un añito y con una compensación por ruptura de un milloncito. Una cosa bastante ridícula, vamos. Se apunta que Benítez definitivamente se queda en el Liverpool, y que J.A. Sánchez, el factótum madridista, apuesta fuertemente por Mourinho. A mí me parece bastante triste que tengan la duda siquiera. Lo ha dicho hoy CQ: "A Mourinho lo puedes fichar una vez en la vida, un Schuster pasa miles de veces." Pero también apuntó algo importante. La planificación, la estructura, son los otros pilares imprescindible. ¡Es la estructura, estúpido!

Pero vamos, los que aún no tengan claro lo del entrenador, que miren la foto de abajo. ¡¡Hay que traer a este tío, joder, parece el malo de un spaghetti western!! Y además lee esta bitácora. Desde este momento me declaro Mouriñista.



- Sí, son unos hijos de puta. Me refiero al "affaire" de los alevines del Barsa, el himno y demás. Politizar a chavales de 10 años tiene que ser pecado, ¿no? A cosas como ésta podemos unirle el escalofriante reportaje de Telemadrid sobre la "normalización lingüística" en Catalunlla. Cómo les gusta a algunos eso de "normalizar", empezando por normalizar los cerebros, es decir ajustarlos a la norma (SU norma). "En Cataluña han ganado las elecciones los que quieren que se eduque en catalán, y ya está. No veo cuál es el problema.", apunta Rosa Regás, a la que no se le quita el ramalazo estalinista aunque ya tenga el pellejo reseco y se le desprendan escamas. Pues me sabe mal decirlo: Cataluña tiene cosas cojonudas, es indudable, pero me temo que también presenta un alta concentración de chusma totalitaria.