Un gran día

Fue el del postpartido un día feliz, tranquilo y de digestión emocional. Una vez pasado el primer torrente de acontecimientos, tocaba observar lo vivido con un poco más de calma. El primer impulso llevaba, inevitablemente, a visitar a los "amics" de la prensa catalana. Como era de esperar, allí se había desatado el apocalipsis. Mientras que el Mundo Deportivo no se daba por enterado y no actualizó su página hasta el día siguiente, Sport nos deleitaba con una de sus portadas negras negrísimas. Lamento no poder reproducirla, pero parece que en medio del cabreo se les olvidó subir el PDF del día 10, repitiendo el del día 9, cuando aún no habían hecho el ridículo. El Ministerio de la verdad borra el día 10. En su web abundaban los calificativos como "intolerable" y "desastre", como era de esperar, pero lo que sintieron realmente sólo podemos imaginárnoslo, amigos. Tened en cuenta que en este final de temporada están viviendo un Tenerife jornada tras jornada. Esto compensa muchas afrentas y sinsabores del pasado, amigos.



Sí, en el Nou Camp se pasó mal, muy mal. Empezó marcando el Español y la igualada sólo llegó mediante un gol con la mano. Muy habilidosa, sí, pero mano al fin. ¿Para cuándo las cámaras en los campos? ¿Estaríamos defendiendo ahora que la polémica es "la salsa del fútbol" si hubiéramos perdido la Liga por un gol semejante? Laporta no cabía en sí de gozo. Aunque yo realmente no me opongo a que los presidentes celebren los goles, pero luego te ríes mucho más al ver el careto que se les queda. Y es que a Jan no le llegaba la camisa al cuello cuando el gran Raúl Tamudo arrojó un enorme barreño de agua fría sobre ese estadio conocido popularmente como "El orinal". Estas imágenes, cortesía de antibarcelona.com, son retrato fidedigno de lo ocurrido.



¿Qué le queda ahora al Barça? En teoría deberían estar pensando en la próxima temporada, pero no. Andan hablando del "milagro" y, directamente, de hacer trampas. Impactante la portada sportiana de hoy. A toda página: "Messi: Yo primaría al Mallorca.", con el subtítulo "¡Laporta, escúchale!" ¡Viva la deportividad! Para eso se ha quedado el Barça.

Tres años

En Madrid, mientras tanto, el domingo transcurría feliz. Tras tantas y tantas hazañas tocaba descansar y rememorar la noche anterior. La victoria coincidía prácticamente con el tercer aniversario de Fans del Madrid. ¿Casualidad? No creo. Parte del aliento enviado por tantos y tantos hinchas desde este rincón debe haber llegado hasta el equipo (bueno, en el caso de Desechu más que aliento sería halitosis; ésa se la dejamos para Salgado). No tengo muchas ganas de hacer un discursito, así que simplemente doy las gracias a los que se pasan regularmente y participan. Recuerdo que al empezar pensé que la página podía ser un punto de encuentro entre aficiones, en el que discutir con cierta urbanidad. No ha podido ser: el aficionado al fútbol es cafre casi por defecto, especialmente el no madridista (a los hechos me remito), y más cuando se puede escudar tras una pantalla. Cuando estos seguidores han pasado por aquí ha sido casi indefectiblemente para insultar, provocar y tocar los cojones. Una pena, pero seguimos adelante igualmente. Y sin duda los madridistas que vienen aquí tienen mucho nivel (casi todos). Así pues, un saludo para todos y un recuerdo especial para el amigo Hughes, cuya compañía esperamos volver a disfrutar un día de estos.

El tercer aniversario parece cerrar un ciclo, que empezó con el camachismo y terminó con el apoteosis del capellismo. En verdad ha sido una Liga irrepetible, y uno se pregunta si vale la pena seguir el fútbol a partir de ahora. Sobre todo si se va el padre Capello, como indican tantos indicios. ¿Para qué seguir si se consuma semejante destrucción? Me siento sinceramente tentado de chapar todo una vez que levantemos la Copa, o por lo menos de tomarme unas largas vacaciones. Pero al mismo tiempo, ¿cómo dejarlo? En tiempos inciertos, oscuros, para el madridismo, los adeptos necesitan un lugar para reunirse, un foro donde hablar y ver algo de luz. Alguien ha de ser testigo y escriba. Dan ganas de irse, sí, pero estamos en cierta forma atados al madridismo.