Este es el espectáculo que querían

La temporada se inició con la promesa de la directiva de dejar atrás el supuesto mal juego (ese que nos hizo campeones de Liga) y ofrecer "espectáculo". A fe que lo están consiguiendo: ayer vimos un auténtico correcalles en el que los goles caían como alubias de un saco desgarrado, hasta un total de siete. Igual soy el único al que le preocupa que tres de ellos fueran del visitante. Eso sí, a pesar del espectáculo, el índice cubata sigue por los suelos: Con el año acercándose a su fin, el Bernabéu no ha visto una sola victoria al llegar al descanso.

El mayor problema con los goles del Mallorca es que parecieron llegar por fallos estructurales de nuestra defensa, más que por acciones aisladas. El hecho de que los jugadores mallorquinistas estuvieran más solos que la una en sus dos primeros tantos no puede ser casual, más allá de los fallos de sus marcadores. Por ejemplo, en el prime gol Marcelo la caga, pero por lo demás esa zona estaba totalmente desierta. En el segundo, el delantero rival tiene la frontal del área para él solo, viéndose con todas las facilidades para enganchar el trallazo.

Resulta preocupante que nos dominaran por completo en el centro del campo, encontrándose en superioridad numérica en todas las acciones. Esto seguramente indica que la defensa y nuestro centro están demasiado lejos. Si a esto le sumamos la discreta actuación de Diarrá y Gago, el resultado es un Mallorca que llegó arriba demasiadas veces y con demasiado espacio.

En ataque volvimos a estar espesos, y los dos delanteros acabaron la primera parte totalmente inéditos. El único que llevó peligro fue nuevamente Robinho, que casi ganó el partido él solo. Cada vez que recibe el balón en el extremo izquierdo del campo es un auténtico peligro, en lo que se ha convertido en su jugada favorita, ya sea internándose en solitario o combinando con sus compañeros. Una de estas combinaciones acabó en el primer gol, marcado por él mismo, curiosamente de cabeza. Confieso que lo que más me gustó de este gol fue el momento final, en el que Robi se encuentra al Mito en todo el medio y le pega un ligero empujón, como diciendo "¡quita!", tras lo cual logra conectar de cabeza y marcar en un remate bombeado. Fue el primero de sus dos goles, que bien pudieron ser tres. Tremenda la jugada en que tras varios regates sienta al defensa pisando el balón y desplazándolo con la planta del pie. Sí, Robinho está en momento de gracia, e intenta finalizar el mismo la mayoría de las acciones. Si bien habrá quien le tache de insolidario, su actitud me parece perfectamente comprensible por la prensa bastarda que padecemos. Aquí hay que hacer la jugada y además marcar el gol, o el mérito se lo llevan "otros". Perfecto ejemplo de esto es el tercer gol, otra internada de manual que culmina dejándole el balón al 7 para empujarla. Gol marca de la casa, que dirían algunos. (Yo particularmente prefiero otras casas, como la de Ibrahimovic -vease su gol de la Champions-, Messi o el propio Robinho).



Con todo, "Laur" -como dicen los chinos- realizó su mejor encuentro de la temporada (estándo absolutamente "missing" el primer tiempo, eso lo dice todo). Su mayor mérito fue el pase del cuarto gol, un balón que habilitó perfectamente a un Van Nistelrooy que finalizó de forma sublime, avanzando unos metros con el balón cosido a los pies y colándola por donde es imposible atraparla. Gol para escuela de delanteros. Así pues, si bien Laur pareció un futbolista, sigo dudando seriamente que valga como titular paraun equipo de élite europea.

Sneijder estuvo algo desdibujado pero con buenos detalles, Pepe volvió (¡por fin!) con buena nota y Cannavaro sigue acumulando críticas. Marcelo volvió a firmar un partido irregular, y habría que considerar a Heinze como titular para su puesto. El partido desde luego no se ganó desde el banquillo: el primer cambio en el minuto 75.

En fin, poco tiki-taka, espectáculo en su variante circense y descontrol defensivo. Los optimistas dicen que apuntamos cosas, pero sólo faltaría que todo un Real Madrid con una inversión brutal no apuntara nada. El problema es que llevamos años apuntando, pero cuajar no cuajamos nunca. Ah, si mantuviéramos el sistema del año anterior con una estrella recién emergida como Robinho daríamos mucho que hablar. Pero bueno, al menos este año nadie podrá quitarnos disfrutar con el brillo del brasileño.

- Real Madrid: 4 (Robinho (2), Laur y Van Ni)
- Mallorca: 3 (Varela (2) y Güiza)