Casillas el retórico

Por CQ

Me he percatado de las últimas brillantes declaraciones del "mejor portero del mundo" por el blog: "prefiero la Eurocopa a un título con el Madrid". He ido a constrastar la noticia en el Marca (vaya garantía), y hay que decir que el titular es bastante exagerado. De todas formas el contenido es ese, más o menos. Lo mismo hizo Raúl varios meses atrás, con el agravante que el Madrid se encontraba en grandes dificultades. Al gran Capitán le preocupaba más la repesca contra la todopoderosa Eslovaquia que el partido ante el Barcelona, donde nos jugábamos la vida.

Pero vuelvo a Íker. Dice Amsterdam, que lo que pasa es que el portero "es bastante tonto". Muy eficaz. Ahondemos en la cuestión. En nuestras vidas todos hemos ido a la escuela (algunos seguimos ahí). Y siempre, digo siempre, nos hemos encontrado con algún Casillas. Suelen ser buenos tipos: afables, disponibles, charleros y amigables. Tienen más amigos que nadie, y uno se pregunta: ¿es posible? También suelen ser irrimediablemente paletos. No hay remedio, nacen así. Pero como les caen bien a casi todo el mundo (las chicas ni digamos), hay que participar en silencio en la zafiedad de lo obvio. Un Pajillas en vuestro curso es el que mientras habla el profesor parece un martillo neumático: mueve la cabeza arriba y abajo, arriba y abajo en sentido afirmativo. El profesor lo agradece y le coge simpatía. No son los empollones, que son bastante asquerosos, pero al menos entienden.

Vayamos a las preguntas retóricas, esas que no necesitan respuestas. Si durante un discurso, uno dice: "¿Acaso os parece justo que haya gente que vive en condiciones de pobreza extrema? ¿Os parece justo que haya niños que mueren de hambre mientras nosotros podemos comernos las sabrosas roscas de Dunkin Donuts? ¿Os parece justo que Nike explote a los niños para luego darle el dinero ganado al Barcelona, que por su parte tiene la cara de poner el logo de Unicef en la camiseta?", nosotros, que somos normales (más o menos), no movemos ni un muslo y seguimos escuchando. En nuestra mente la respuesta es automática y ni siquiera se nos ocurre abrir la boca. Pero el Pajillas de turno asentirá con la cabeza, pondrá cara de doloroso, y a cada pregunta retórica dirá en voz alta: "¡No, no es justo!" Esta gran contribucion a la humanidad provocará que unos cuantos, que suelen ser muchos, digan: "mira qué corazón de oro tiene. Mira qué buen chaval."

Mientras, nosotros (algunos) pensamos: "¿Pero por qué no te callas?", y "¿Por que no habla sólo Van Nistelrooy? ¿Por qué?" Menos mal que por lo menos es buen portero, beh.