Nueva victoria, antiguas sensaciones

Por Hughes

No he estado en el estadio, pero me las he ingeniado para ver el partido en un bar no demasiado concurrido. Había algunos madridistas de la línea oficial, venga a criticar a Baptista, como si el pobre fuera el causante del mal juego. Vaya por delante que yo le tenía mucho miedo a este partido. Nada que perder, el último estertor del Levante, que hoy se despedía del gran fútbol hasta no sé sabe cuándo y bajas importantes. Marcelo, pese a gustarme, me trae viejas sensaciones, concretamente las de inestabilidad que me ofrecía el recordado Raúl Bravo, gloria local; sin Ramos la banda derecha es improductiva; Torres está, si es que está para algo, para ser quinto lateral el año que viene. La insistencia del realizador en mostrarnos la jeta de Salgado me llenaba de estupor. Seguro que entre los que compartían el bar conmigo mis resolplidos, mis gestos de incomprensión y mi violencia gestual resultaban incomprensibles, pero sabe Dios que todo tenía su explicación. Otra baja sensible era la de Diarrá, aunque me haya gustado Gago, mucho, he de decir, pese a su aparente blandura y a cierta imprecisión. En resumen, sin Diarrá, Ramos y Heinze éramos la mitad de consistentes e íbamos a jugar con un ojo tapado.

El centro del campo es lo que es, responde a una idea y tiene sus cosas buenas y malas. Baptista no es un organizador, Sneijder tiene cierta aceleración, pero el uno ha tenido dos oportunidades claras de gol y el otro ha disparado y ha cambiado el juego; además, han aportado y aportan habitualmente despliegue físico y presencia. Acumulamos jugadores en el centro, poblamos el campo y abandonamos la simetría y el dibujo academicista. No tengo nada en contra, prefiero una idea discutible a la seguridad de que la alineación responde a la comodidad o a la presión del entorno. Guti es lo que ha sido siempre.

Hoy hemos jugado con diez, de nuevo. Robinho ha pegado un palo y ha forzado un penalti que se ha ido al limbo de los robos contra el Madrid, a la memoria de los más fanáticos, precisamente el sitio donde Defensa Central tendrá que poner un contable que anota y recomponga el debe y el haber de nuestra cuenta con el estamento arbitral. ¿Pero qué ha hecho Raúl además de apludir y volver a dar ejemplo vivo de todas las virtudes públicas y privadas que las religiones y los sistemas morales de todos los tiempos han podido imaginar? ¿Qué ha hecho, digamos, futbolísticamente?

Ruud Van Nistelrooy es una cosa mítica, me exalta, me emociona. Pero hoy ando jodido por el debut de Pato, al que debimos fichar. Berlusca ha copiado (otra vez) a Floren, como copió a Bernabéu. Ha hecho un Milan samba que tendrá sus cosas, pero que se lleva gran parte de los focos. Creo que es compatible el sistema y el raulista way of life con fichar a alguien como Pato y, bueno, no quiero parecer ventajista, pero coño, lo voy a ser, porque está en mí serlo: viendo lo de Robben y lo de Saviola es incomprensible.

Schuster ha hecho bien en abrir las bandas, que han sido el gran problema del equipo en la primera parte. Dependemos de Ramos en ese aspecto. Higuaín marcó el otro día y hoy ha forzado el penalti con su incursión. Juega de todo y en todos sitios lo hace bien. Un placer ver a Drenthe segar la hierba de la banda izquierda.

El partido del próximo día es fundamental. Quedan 19 partidos, 10 en casa. Ya hemos jugado en Bilbao, Valencia, Barna y Sevilla. Es importante, pero no se dice mucho: desde el año 90, es decir, desde el canto del cisne de la quinta del macho (la del buitre siguió dando guerra), quinta que bien conoce nuestro entrenador, el Madrid no repite título, no gana dos ligas consecutivas, es decir: no sienta lo que pudiera llamarse una hegemonía en el campeonato local. Para un público como somos nosotros, sentirnos dominadores de la vieja Liga es una necesidad. Que le vayan dando a la Copa, quiero la Liga número 31. Me conformo con ella y estar en semifinales de Champions.

Por cierto, Valencia es madridista.

Levante: 0
Real Madrid: 2 (Van Ni (penalti) y Van Ni (golazo))

Hombre del partido: Van Nistelrooy. No falló en el momento de máxima responsabilidad y luego remachó la victoria.

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Insisto: El florentinismo es bueno, con matices



La primera piedra de este equipo que acaba de batir un récord la pone Floren, la pone Floren en lo económico y la pone Floren en lo deportivo: Baptista, Ramos y Robinho son fichajes del gran visionario. La idea la aprendió con Kaká y Calderón la olvidó con Pato. Nuestro rival es el Milan, el Milan y diría el Liverpool y el Manchester en otros niveles. Creo que faltó ambición, y eso no le puede faltar a un madridista.

Hay que llegar a ese florentinismo de la galaxia en ciernes, de los Robinho y de los Kaká, de los Ramos, conjuntado con el raulismo institucional y el capellismo en vena. Es posible. Siento que este Madrid, pese a las injerencias del okupa, es digno, pero también -y eso me duele enormemente, me quema como un trago continuo de tequila, que el Milan nos ha robado parte de la idea, que Berlusconi ha aprendido algunas de las lecciones que dejó impartidas Florentino. Que el mensaje haya calado en Milán más que en Madrid me hace detestar ciegamente al periodismo deportivo español y más concretamente al madrileño.