El Madrid ficha a Chiquito de la Calzada

Vale, es mentira. ¿Y qué? Si medios supuestamente profesionales pueden mentir a sabiendas, soltando noticias sin tomarse la más mínima molestia en contrastarlas y seguir en marcha como si nada, mucho más puede hacerlo una bitácora de medio pelo. Esto es lo que estamos viendo los últimos días (¡y no es que sea nada nuevo!) con el mareante fichaje de Patrick Vieira. Uno de los ejemplos más lamentables los da Telemadrid, que lleva ya años ofreciendo una información deportiva realmente sonrojante. Todos los años se tira a la piscina anunciando fichajes a la buena de Dios sin citar nunca sus fuentes. La semana pasada el locutor aseguraba "podemos anunciarles que Patrick Vieira será jugador del Real Madrid". ¿Quién lo dice? ¿Cuánto se ha pagado? ¿Qué día llegará a la capital? Cuando al día siguiente la noticia la noticia se desmiente, ellos se quedan tan frescos, sin hacer el menor amago de rectificación, y hasta el siguiente rumor. En algunos sitios esto se debe considerar desvergüenza, seguro. ¡Aquí parece la cosa más normal!

También tenemos al diario As, que está castigándonos con un verdadero bombardeo con el fichaje. Sabemos que están deseando que lo fichen, que lo anhelan fervorosamente, pero por más que se empeñen los diarios aún no pueden CREAR las noticias. ¿Cómo pueden titular en su web "Vieira ya" o "El Arsenal ACEPTA la oferta por Vieira", y al día siguiente "Tira y afloja entre Arsenal y Madrid"? ¿Pero no habíamos quedado en que la oferta estaba aceptada? ¿Por qué no publican una mínima nota pidiendo perdón a sus lectores por difundir información falsa tan sólo unas horas antes? El rumor no es noticia, y no la podemos aceptar como tal. ¿Será que este diario y otros no son más que MIERDA? Y si les molesta el calificativo, que no se comporten como tal.

Lo más irritante es que no parece moverles un afán de dar primero la noticia, sino que desde el momento en que deciden que un fichaje "conviene" empiezan a intentar modelar la política del club en cuestión, y a crear fantasías sobre el enorme potencial que adquirirá el equipo con el crack de turno. En ese momento se pasa de seguir la noticia a DESEARLA. Todo esto pone al descubierto la naturaleza profundamente infantil del redactor deportivo medio español, que no deja de ser un crío presumiendo con sus amigos en el patio del colegio sobre que su equipo es el mejor, y que cuando fiche a fulanito va a ganar a todos por 10 a cero. Sólo que estos redactores están en la edad adulta, y al trabajar en los medios de más difusión deberían intentar dar a sus lectores algo de una calidad ligeramente superior a las conversaciones que se oyen a la hora del recreo en cualquier escuela.