Todo o nada

Llegó el gran día, en el cual la masa borrega, digo soberana, decidirá el destino de la entidad deportiva más gloriosa del mundo: El Club Deportivo Real Madrid. Huy, perdón, otro lapsus, el Real Madrid Club de fútbol, joder.

Aquí, más que nada se decide una sola cosa: Si saldrá el relojero o no. En caso de que gane, nos podemos preparar a comer mierda a cucharadas gordas durante los próximos cuatro años, eso si no desaparece el club antes. Alguno aprovechará para borrarse, y quizá haga bien.

A cuento de esto quiero reflexionar sobre el mito Real Madrid. Hay un dato escalofriante (ya lo he comentado alguna vez): Los candidatos han estimado que acudirán 25.000 tíos a votar. Los otros 40.000 con derecho a voto ni irán ni se les espera. Por eso me cuestiono el mito: Se habla de 100 millones de simpatizantes, la primera marca de España, el club más popular del planeta, etc. Pero a dos tercios de los seguidores en teoría más implicados, los socios, se la pela quién pueda salir de presidente, o prefieren follarse a la parienta ese día, o ir a alienarse bajo el sol a Torrevieja. "Qué más da quién salga de presidente, lo que cuenta son los jugadores. Unga, unga." Si el Real Madrid despareciera mañana, ¿a alguien le importaría un pimiento? Sí, se hablaría unas semanas de ello, oye tío qué pena y tal, pero luego la gente seguiría con sus vidas como si nada. De hecho el club ya medio desapareció en la guerra, y si resucitó fue sólo gracias a un loco maravilloso llamado Santiago Bernabéu. Quizá nuestra pasión viene de querer seguir con su sueño, de la admiración que sentimos hacia su persona. ¿Pero habría hoy un nuevo Bernabéu? ¿Tiene el Madrid una base verdaderamente sólida? Repito, 20.000 de 60.000. A los demás se la suda.

Bueno, la cosa está, decía, en si sale el relojero del mal o no, el infausto Palacios. Me centro en él porque Sanz y Baldasano no tienen ninguna posibilidad (bueno, a Baldasano sabemos por lo menos de un flipado que le va a votar). El fútbol de hoy es ultracompetitivo, y la posibilidad de desperdiciar cuatro años resulta inaceptable. Todo, absolutamente todo en esta candidatura, es una mierda.

- El presidente, un analfabeto funcional que sólo sabe expresarse leyendo papelitos y encima mal. Dice "marchandaising" y "Club Deportivo Real Madrid". Su concepto del jugador que necesitamos es Iniesta.

- Su segundo, Camacho: Zafio, ignorante, desertor, sudoroso. Diez patadas al diccionario por minuto. Su palmarés, una copa de Portugal.

- El entrenador, Del Bosque: "Un gran lector", según los palmeros de la prensa, que no lee ni la etiqueta del champú. Rencoroso, falso humilde (en realidad ególatra), paleto. Usa el plural mayestático para referirse a sí mismo. "Nosotros tal, nosotros cual..."

- Pirri. Este es el más listo de todos (lo digo por aquello de tener una carrera) y no es lo que se dice un tipo billante, imaginad el nivel de los otros. Secretario técnico mediocre ligado a la gloriosa época de Lorenzo Sanz.

- García Remón: La medianía hecha hombre. Es tan gris que en los días de niebla ni se le ve.

Con estos tíos el club desaparece, o se transforma en algo que definitivamente no vale la pena. Si gana este sujeto, el Real Madrid se convertirá en una mierda, que habrá demostrado tener una afición de mierda. Esto es impepinable, no tiene discusión. Así que si hoy tienes que acercarte al Bernabéu a meter tu voto, piénsalo bien.

Las alternativas son Villar Mir y Calderón. Del primero he hablado suficiente en los últimos días, poco tengo que añadir. Con todos sus méritos, me parece que está en la higuera, no le veo como hombre de fútbol y creo que con él podemos aspirar como mucho a una brillante gestión económica y a un futuro deportivo con más incertidumbres que certezas.

Calderón, por su parte, ha sido el más listo de la clase. Ha acertado con los nombres de sus fichajes (o posibles fichajes), trae a Capello (garantía le pese a quien le pese), es el más joven y ha sabido transmitir ilusión. Tendrá mi voto. Rasgarse las vestiduras por haber llegado al juzgado con lo del sufragio por correo es estéril. Tal como estaba montado el cotarro, era innegablemente un punto débil del club y un día tenía que estallar la mierda. Esperemos que en la nueva etapa se regule esto de una puñetera vez y lo dejemos en el plano secundario que merece.

Poco más. A las 11 tendremos el resultado. Para esta ocasión viene a cuento aquel proverbio chino: "Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no tiene solución, ¿por qué te preocupas?. Si gana el relojero del mal, ¿realmente valía la pena todo esto?